Tu bebé al aire libre: Seguridad de tu bebé al aire libre
El aire libre está lleno de imágenes, sonidos y multitud de cosas que tocar y explorar. Pasar tiempo al aire libre con tu bebé puede tanto ayudarlo en su desarrollo mediante la estimulación de sus sentidos como inculcarle un amor de por vida por la naturaleza.
Tú y tu bebé podéis salir ya al aire libre. Muchos pediatras recomiendan mantener a los recién nacidos lejos de espacios atestados, donde prevalecen los gérmenes, pero si tomas las precauciones adecuadas, un paseo al aire libre es estupendo para todos, sobre todo para los padres cansados.
¿Cuándo hace demasiado calor o demasiado frío o hay demasiada humedad para sacar al bebé al aire libre?
A continuación te indicamos algunas de las mejores formas de prepararte para el calor del verano, el clima frío o húmedo, el viento y la nieve cuando sales con tu bebé.
El calor del verano: Sal por la mañana o a última hora de la tarde para evitar las temperaturas más altas del día. Pon a tu bebé un sombrerito y ropa de algodón de colores claros. Evita que le dé el sol directamente y busca la sombra. Lleva una botella de agua con rociador para aliviarle rápidamente el calor. Por supuesto, meterte en la piscina, en un lago o en un arroyo con tu bebé también será muy refrescante.
Clima húmedo o frío: Pon a tu bebé varias prendas finas, un gorrito que le abrigue, manoplas y zapatos o calcetines aislantes. Para asegurarte de que no le has abrigado demasiado, ponle la mano sobre la piel debajo de su ropa y quita una prenda si es necesario. Por regla general, los bebés ya mayorcitos y, desde luego, a partir de 18 meses deben llevar una capa más de ropa que los adultos en las mismas condiciones meteorológicas.
Viento: Si tu bebé parece incómodo y no puedes protegerlo del viento, llévale dentro.
Nieve: Los copos de nieve son mágicos, sobre todo para los bebés. Ponle un mono de nieve para que no se pierda la diversión. Sugerencia: Búscalo en tiendas de segunda mano; lo más probable es que se haya usado pocas veces.
¿Cómo protejo del sol a mi bebé?
El sol es nuestro amigo: hace que las plantas crezcan, nos mantiene calientes y nos ayuda a ver el mundo que nos rodea. Ahora bien, la piel de los bebés es especialmente sensible a los rayos solares.
A continuación, te ofrecemos algunos consejos para que puedas proteger del sol a tu bebé:
Evita el sol entre las 10 de la mañana y las 2 de la tarde, las horas más calurosas del día. Quédate en la sombra y recuerda que la luz del sol reflejada también puede ser perjudicial. El agua, la arena y la nieve reflejan mucho la luz del sol, así que estate atenta a lo que te rodea.
Viste a tu pequeñín con pantalones largos ligeros, camisetitas de manga larga y gorras con ala que le protejan el cuello para evitar quemaduras.
Utiliza siempre un protector solar pensado especialmente para bebés, aunque esté nublado o cuando vayáis en el coche. Si tu bebé tiene menos de 6 meses, consulta con tu pediatra si puedes aplicarle un protector solar.
Pero es que la naturaleza es tan... ¡sucia!
No tengas miedo si tu bebé se ensucia mientras está al aire libre. Cada vez son más los investigadores que creen que jugar en la tierra, como se hacía en tiempos pasados, expone a los niños a innumerables bacterias, virus y microbios que refuerzan su sistema inmunitario. ¿Alguien quiere hacer un castillo de arena?.
¿Cómo sé qué plantas son peligrosas?
Hacer silbatos con hojas de hierba, comer moras, deshojar una margarita: la mayoría de las plantas y flores son parte del encanto de una infancia al aire libre.
Te damos algunos consejos para que distingas las pocas que da problemas:
Aprende a distinguir el roble venenoso, el zumaque venenoso y la hiedra venenosa. Estas son las tres plantas más comunes cuyas savia, al entrar en contacto con la piel humana, causa una reacción alérgica en la piel. La hiedra venenosa y el roble venenoso tienen una hojas verdes brillantes y crecen de tres en tres en un tallo. Cuando el niño sea mayor, podrás enseñarle que no debe tocar las hojas que crecen en grupos de tres.
Asegúrate de consultar con tu pediatra si crees que tu pequeño tiene una erupción alérgica.
Para explorar su mundo, los bebés se llevan prácticamente todo a la boca y algunas plantas sí son venenosas si se ingieren.
¿Cómo mantengo alejados a los insectos?
No todos los insectos son tan encantadores como las mariquitas y las mariposas, pero no por eso debéis quedaros dentro tú y tu bebé.
Mosquitos: La mejor forma de protección frente a los mosquitos es evitarlos. Los mosquitos se crían en el agua estancada, así que quita las macetas o llena cualquier agujero exterior en el que pueda acumularse agua.
Además, te recomendamos que consultes a las autoridades sanitarias locales si hay enfermedades transmitidas por mosquitos en tu zona (por ejemplo, el virus del Nilo Occidental).
Garrapatas: Las garrapatas viven en ambientes cálidos y húmedos, especialmente en zonas arboladas y pastizales, por lo que es mejor evitar estos entornos con los bebés. Como medida de precaución, pon a tu bebé ropa de colores claros para poder ver las garrapatas fácilmente. Cuando vuelvas al interior, examina la piel y el cabello del bebé para ver si tiene garrapatas. Recuerda que la garrapata de los ciervos transmite la enfermedad de Lyme y tiene el tamaño de una semilla de sésamo. Asegúrate de quitar correctamente todas las garrapatas y consulta a tu pediatra.
Insectos que pican: Las abejas, las avispas y otros insectos que pican no atacan a no ser que se les provoque, pero los bebés podrían molestar a uno accidentalmente. Si a tu bebé le pica un insecto, lo más probable es que la picadura le produzca hinchazón y dolor que se aliviarán en una horas. Es importante retirar el aguijón: usa una tarjeta de crédito o la uña del dedo y extráelo raspando con delicadeza horizontalmente. Después, empapa un trapo en agua fría y presiónalo sobre la zona para reducir el dolor y la hinchazón.
Reacción alérgica: Aunque no es frecuente, tu bebé podría ser alérgico a las picaduras de abeja, lo que es muy peligroso. Los síntomas de esta alergia incluyen: erupciones en muchas partes del cuerpo; dificultad para respirar; hinchazón de lengua, manos o cara; debilidad; y pérdida del conocimiento. Llama inmediatamente al 061.
Repelente de insectos: A partir de los dos meses, puedes usar repelentes de insectos de los que son «para toda la familia». Habla con tu pediatra antes de usar un repelente en tu bebé.
¿Es posible que los bebés sufran alergias estacionales, como alergia al polen?
Esto es algo por lo que probablemente no necesites preocuparte, al menos de momento. Es muy poco frecuente que los pequeñines tengan alergias estacionales por la sencilla razón de que han nacido hace poco. Eso sí, cuando los niños tienen unos 3 años, pueden aparecer de pronto alergias estacionales. Tu pediatra puede informarte sobre cómo tratarlas.